Diseñada, según conocimientos propios de música y los adquiridos de la musicoterapéuta Patricia Martí Augé.
Con ella aprovechamos todo el enganche emocional que tiene la música para fijarse en la memoria, y eso “que está ahí y sale casi de forma automática”, lo aprovechamos para trabajar, tirando de su hilo, la memoria reciente y de trabajo, la atención, la concentración, la expresión corporal, y las apraxias, estimulando la motricidad gruesa y fina al manejar y hacer ellos mismos parte de los instrumentos de percusión que con imaginación puedan hacer ellos.
Es la mejor técnica distractoria para la agitación en general y durante la comida, disminuye la agresividad en el baño, el insomnio y la deambulación, y proporciona sentimientos de autorrealización y autosatisfacción aumentando la autoestima.
Es la terapia más efectiva para reducir el aislamiento y el enquistamiento emocional al estar continuamente interactuando con los demás.
Si hay alguien que haya tocado algún instrumento se debe facilitar y estimular al paciente para que lo vuelva a tocar compartiendo la música con los demás.
Hay que tener siempre en cuenta qué estilos de música les han gustado y les gustan, ya sea ópera, copla, jazz, música sinfónica, rock, o tonada asturiana o la que sea.
(Duración aproximada de la terapia 45 minutos).
Esta terapia se alterna, día si, día no, con terapias lúdicas que dan lugar a tertulias en las que los pacientes se comunican sus recuerdos, preferencias, etc., y otras en las que se pone en práctica la memoria reciente como en el bingo, dominó, baraja, o juegos de estimulaciones sensoriales p. ej., olfativas de hierbas aromáticas, aceites o flores que sean capaces de evocar sensaciones y recuerdos cotidianos de su infancia y juventud.
Así mismo también se alterna con actividades de laborterapia, pero que siempre tengan un sentido para ellos (como hacer una bufanda para regalar a su bisnieta en Reyes a quien se le ha dado bien tejer, o pájaros y letras a quien se le ha dado bien la papiroflexia para enseñar a hacerlos a sus nietos y bisnietos, o plasmar en papel recopilaciones de juegos que ya están perdidos o no conocen las generaciones de sus bisnietos para jugar al aire libre cuando están de vacaciones), y estimular a que esas actividades las continúen en casa, así como otras que les gustaban y por dejadez y falta de ánimo van perdiendo, como hacer fariñas entre dos como entretenimiento de una tarde desapacible de invierno en la que no puedan salir de casa, etc..