Uno de los mayores problemas de tos enfermos de Alzheimer y de las personas mayores, en general, es la invalidez para las actividades de la vida cotidiana (aseo personal, movilidad…). Se sienten inútiles y se deprimen. Es, en este omento, cuando los familiares y los profesionales sanitarios juegan un papel muy importante apoyando y ayudando y estimulándoles en sus actividades rutinarias, aunque, en menor grado, valiéndose por sí mismos.
Estamos equivocados al creer que ocupúndonos de sus cosas les estamos ayudando, por el contrario, lo que conseguimos es deteriorar, aún mas, la capacidad que estén perdiendo. Tenemos que dejar que,
aunque torpemente, continúen peosr cfoonsregzuiár ensads poeqsueeñas cosas que antes eran tan normales: un paso más
a la hora de caminar, una cucharada mas cuando comen, lograr que la chaqueta no esté puesta al revés… El mayor problema se plantea cuando la persona se encana, lo que genera una serie de cuidados específicos para que tenga la mejor calidad de vida posible y evitar,
en la medida de lo posible, las temidas úlceras por decúbito, o lo que la gente conoce por escaras. Aquí juegan un papel muy importante una serie de factores como: alimentación, higiene, cambios de postura…
La comida debe ser variada y rica en proteínas. Como complemento es
aconsejable darles preparados enterales , es decir, aquellos con los que se alimentan a las personas que llevan colocada una sonda
nasogástrica, como puede ser el EDANEC, PENTASOK, etc., que nos ayudará a prevenir las úlceras. Es importante la ingestión
de líquidos y, sobre todo y en particular, agua, lo que va a evitar la deshidratación y la escamación de la piel. Si es posible, es conveniente que estén en camas articuladas para una mejor movilización, mejor un colchón de látex y el antiescaras.
Le cambiaremos de postura cada 4 horas, ayudándonos de las almohadas para rellenar los huecos del cuerpo que queden sin apoyo y, también, evitaremos que la persona adopte la postura anterior.
La ropa de cama, al igual que la lencería, deben estar bien estirados para evitar que las arrugas hagan marcas en la piel. Espreferible que los pies estén protegidos con algodón y venda elástica para evitar las escaras, aunque, en mi opinión, es interesante dejarlos sin vendaje para poder observar, en cada momento, el estado de los mismos para evitar escaras, eccemas, inflamación, escamación … Si optamos
por este último método, debemos aislarlos, en todo lo posible, de puntos de apoyo, usando almohadas o discos aislantes (discos de algodón recubiertos con venda de gasa).
Éstos también se pueden utilizar para proteger, del apoyo, las orejas. De igual forma es de suma importancia que las rodillas de aquellas personas que no usan pijama estén aisladas entre sí, bien con el mismo camisón o con una sábana u paño fino que, por supuesto, deberá estar muy bien estirado. Si el estado de la persona nos lo permite, se debe procurar unos ejercicios de flexión, tanto en las extremidades superiores como en las inferiores pero, principalmente, en estas últimas, ya que facilitamos la circulación y se previene su anquilosamiento.
A la hora de la higiene personal, se deben utilizar los productos adecuados como jabón neutro y una crema específica que evite las escaras y alergias, que siempre se aplicaran, en los genitales y
glúteos, después del lavado y secado exhaustivo; en el resto del cuerpo, se le puede aplicar una crema hidratante. En las zonas donde los huesos estén más pronunciados (codos, cóxis, columna…) se
le puede colocar un apósito especial que haga la función de una segunda piel y, si aparecen ampollas que ya están vacías,
aplicaremos polvos de blastoestimulina debajo de un apósito. Seguro que en pocos días la piel volverá a su estado normal, y si no es así tendrá que ser personal sanitario cualificado el que realice las curas
pertinentes.
Espero que, con estos consejos básicos que les he dado, junto con la información de otros compañeros y la que ustedes poseían, consigamos una buena calidad de vida para nuestros mayores y una muerte digna.
Marta Villamil
Residencia Virgen de la Guía.
Publicado: Jul.- Dic. 2001 nº 0 – Asociación familiares alzheimer Asturias-AFA